Pedagogía Montessori
Basamos nuestro proyecto educativo en la pedagogía Montessori, que se centra en el desarrollo de cada niño y promueve valores como la comunicación positiva, la cooperación, la participación, la empatía, la tolerancia, la confianza y el respeto por la naturaleza. Brindamos un entorno seguro y estimulante que invita al niño a explorar y participar activamente para desarrollar plenamente su potencial único mientras hace sus propios descubrimientos, despierta sus sentidos y libera su imaginación, recuperando la emoción del aprendizaje.
Tenemos matrículas abiertas durante todo el año para los programas de Estimulación (3 meses en adelante), Diversidad Funcional, Comunidad Infantil (16 meses a 3 años) y Casa de los Niños (3 a 6 años).
Las inscripciones se realizan directamtente en el Centro Educativo.
Los espacios o ambientes en Montessori son de los niños y están adaptados a las necesidades de ellos. Proporcionan materiales que abarcan el aprendizaje de diferentes ámbitos, como son: vida práctica, sensorial, lenguaje, matemáticas, historia, geografía, etc. Estos materiales están ordenados y tienen una secuencia lógica intrínseca que prepara al niño tanto para el aprendizaje actual, como para el aprendizaje futuro. Se distribuyen en diferentes aulas, los alumnos están mezclados en tres edades diferentes.
- Comunidad Infantil: 1.5 a 3 años
- Casa de Niños: 3 a 6 años
El ambiente Montessori es de los niños: ellos lo cuidan, se responsabilizan por su orden, lo cuidan y respetan. Se les enseña todo el tiempo que son capaces y que ¡pueden hacerlo!
Todo lo que el niño aprende el día de hoy le sirve para mañana. Cada material que utiliza, lo prepara indirectamente al material que utilizará en el futuro. Aprende de manera práctica y sensorial a temprana edad, lo que serían complejas fórmulas matemáticas que se requerirán a avanzada edad infantil en la dinámica escolar.
Los materiales, además, están diseñados para que el niño logre trabajar con él y resolverlo: eso le da constantes momentos de éxito, lo cual aumenta su autoestima y su deseo de aprender más.
Una vez el guía-adulto le ha presentado los materiales con los cuales puede trabajar, se produce el trabajo autónomo, en el que el niño decide con qué va a trabajar, y también la concentración plena. El niño está en todo momento en el aquí y ahora, concentrado, disfrutando de su actividad, sin juzgar a sus compañeros.
Estos momentos, esas horas que suceden en el aula, producen unas conexiones neuronales únicas similares a cuando estamos meditando, en plena conciencia de lo que sucede a nuestro alrededor. La Dra Montessori hace cien años, mediante la observación, descubrió que “cuando confiamos en el niño y él escoge su trabajo, y además se le permite concentrarse sin que nadie le interrumpa, sale de ese período de concentración (meditación, contemplación) refrescado y lleno de bondad hacia los demás“. Esa bondad natural, la compasión, es innata en el niño; esos valores no necesitan ser enseñados, sólo han de ser protegidos.
Es por este trabajo en sus aulas que fue nominada al premio Nobel de la Paz en tres ocasiones. Hoy en día la neurociencia ha ratificado esta teoría también.
Lo importante de la educación es el ser de cada niño. La educación ha de proporcionarles una formación que les permita conformar su propia identidad. Para ello se hace necesario potenciar actitudes y valores que configuren y modelen las ideas, los sentimientos y las actuaciones de los niños. Los valores ayudan a crecer y hacen posible el desarrollo armonioso de todas las cualidades del ser humano.
El amor y los valores se transmiten con la actitud y el ejemplo más que con palabras.
Se hace necesario aprender, porque los valores nos acompañan toda la vida.
Aprender a saber cómo es uno mismo, qué significan los propios sentimientos, cómo hacerse entender y cómo entender a los otros.
Aprender a escuchar, a estar disponible, a ser tolerante, a jugar con los demás, a trabajar, a ganar y perder, a tomar decisiones…
Las primeras edades son fundamentales para el desarrollo de actitudes de relación interpersonal. Es necesario desarrollar en ellos una serie de habilidades que hagan emerger las capacidades de seguridad, autoestima y autonomía, permitiendo que se formen plenamente como personas.
Cuatro valores claves
Autoestima
Si se siente querido se acepta y quiere a lo demás.
Responsabilidad
Constancia, generosidad, honradez.
Tolerancia
Respeto indispensable para la convivencia.
Cooperación
El bien común sobre el individual, trabajo compartido.